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ALICANTE un paseo por lo historico y lo moderno

Visita Alicante
En 1247, tras la conquista de la villa para Castilla por parte del Infante Alfonso, futuro Alfonso X el Sabio, pasaría a conocerse con el nombre de la Vila Nova.
En 1249 Jaime II incorporó la villa de Alicante al Reino de Valencia y dos siglos después, en 1490, Fernando el Católico concedió a Alicante el rango de ciudad.
Prácticamente todos los asentamientos de la provincia de Alicante están orientados al sur debido a que están protegidos de los vientos fríos del norte por toda la cadena de montañas del interior de la provincia. Por eso tiene tan buen clima esta ciudad. La orientación, junto con la existencia de la roca del Benacantil, fue un factor fundamental en la decisión de los musulmanes de asentarse en la ciudad. Su enclave fronterizo con Alicante y las provincias de Murcia y Albacete, y por otro lado con el mar Mediterráneo tambien contribuyeron a ello. Cuenta con un aeropuerto internacional aen el municipio de elche y a solo 9 Km. de la capital

Castillo de Santa Bárbara



Son los musulmanes los que, en el siglo IX, deciden asentarse donde hoy está el Castillo. Así la ciudad de Alicante nace en el Castillo y se desarrollará posteriormente a sus pies protegida por la fortaleza.

Hasta mediados del siglo XIX Alicante se encontraba encorsetada dentro de las murallas que rodeaban la ciudad. Dichas murallas se derriban por la necesidad que tenía la ciudad de crecer y porque ya no se esperaban ataques por el mar. Así, Alicante decide abrirse al mar y comienza a construir su fachada marítima.

La ciudad de Alicante tiene mucho para visitar y explorar, y unas horas no son suficientes para conocerla como se merece. Sin embargo, si no se dispone de mucho tiempo, recomendamos la visita a algunos de estos lugares que destacamos:

Castillo de Santa Bárbara

De visita obligada. Ubicado en la cumbre del monte Benacantil y frente al mar. Se trata de una de las fortalezas medievales más grandes de España que nos ofrece las vistas más espectaculares de la ciudad. La panorámica que se disfruta desde la playa del Postiguet permite ver la “Cara del Moro” curioso saliente con forma de rostro humano.

La Explanada y el puerto
El puerto desde el Castillo





Paseo por excelencia de Alicante. Construido sobre el antiguo malecón portuario. Junto al paseo se encuentran los muelles del puerto deportivo y una zona de ocio. Ideal para pasar la tarde por los “puestecitos” típicos o descansando en las cafeterías, restaurantes o terrazas, disfrutando de la brisa marina.

Barrio de Santa Cruz y el casco antiguo

El casco antiguo, más conocido por “El Barrio”, es la parte con más historia de Alicante, donde se ubican la mayoría de monumentos de la ciudad. Por su parte, en Santa Cruz, la parte más alta del casco antiguo, podrá conocer una ciudad muy diferente, un barrio de calles peatonales y casas blancas decoradas con geranios desde las que disfrutar de unas agradables vistas.

Calle Mayor





Marq

El Museo Arqueológico de Alicante Marq aborda la arqueología desde un planteamiento totalmente innovador, orientado a la comunicación con el visitante, y contando con el empleo de nuevas tecnologías audiovisuales. Obtuvo el Premio al Mejor Museo Europeo del año 2004.

Gastronomia

La gastronomía local es, sin ninguna duda, uno de los atractivos turísticos más conocidos de Alicante.
La cocina alicantina es típicamente mediterránea. La historia de Alicante, su situación geográfica, su clima y la fertilidad de sus tierras han ido dotándola de una enorme riqueza y variedad.
El arroz, ingrediente base de toda la cocina valenciana, es protagonista de una gran diversidad de recetas, aunque es acertado decir que se utilizan muchos otros ingredientes para la elaboración de recetas típicas. Combinación de arroz con diferentes ingredientes como la verdura, la carne o el pescado. Destacan el arroz a banda, el arroz a la alicantina, el caldero (plato típico de la isla de Tabarca), el arroz caldoso y la popular olleta.

Sardinas de Alicante

Del mar Mediterráneo se obtienen pescados y mariscos muy frescos, de gran calidad, y que no deben dejar de probarse como las deliciosas gambas rojas alicantinas o los langostinos, quisquillas y cigalas, los calamares, los salmonetes, y muchas otras delicias marítimas.

Del mar también procede la materia prima con la que se elaboran salazones como la mojama, huevas, ventresca de atún, tonyina de sorra, arenques, etc., y que se sirven como aperitivo. También destacan las cocas saladas con atún o sardina, y el “esmorzaret alacantí” a base de sardina salada, huevo frito y ñora.
destacan los vinos tintos de doble capa, de color intenso, los rosados y blancos jóvenes de uva monastrell, vermeta o garnatxa y el Fondillón, vino añejo alicantino de fama mundial.

Artesanía

Entre los productos típicos alicantinos destacan las conservas de pescado y verduras, los chocolates, los dátiles, peladillas, turrones, vinos, anises y licores. En cuanto a manufacturas son de gran calidad la ropa de piel, los zapatos, bolsos, carteras, cinturones, alfombras y juguetes mimbres y la cerámica.
El comercio tradicional se encuentra en el centro de la ciudad entre la Rambla y las calles Gerona, calle Mayor y calle del Teatro. En Alfonso el Sabio se encuentra el Mercado Central.
Alicante es una ciudad donde el desplazamiento a pie es cómodo, las distancias son cortas y se puede llegar fácilmente de un punto a otro de la ciudad.

Dispone de una red de transporte público que conecta los puntos más importantes de la ciudad y su área metropolitana entre sí.